Vivienda Colaborativa

¿Has soñado alguna vez crear y diseñar tu propia vivienda junto a otras personas que compartan tus valores y estilo de vida? Hay gente que se atreve a vivir como quiere. Y tú puedes ser una de ellas.

Supone un cambio en la forma de entender la vivienda: no se trata de comprarla, sino de vivir el proceso de creación de la misma desde sus inicios, codecidiendo con quienes serán tus vecinos el tipo de vivienda que queréis y qué dotaciones se incluirán en las mismas, en función de tus necesidades. En definitiva, darle la vuelta al proceso de construcción de nuestras viviendas para que las decisiones importantes las tomen las personas que van a vivir en ellas.

¿En qué consiste?

Una vivienda colaborativa está formada por viviendas privadas autónomas completas e independientes, que se complementan con una superficie importante de servicios comunes, en función de las necesidades específicas reales, que complementan la vivienda.

De esta forma se comparten espacios como cocina, comedor, lavandería, enfermería, oficinas, talleres, habitaciones de invitados, gimnasio, sala de ordenadores, huerto, invernadero… y al mismo tiempo el modelo de convivencia generado permite compartir también actividades vitales, como la gestión de la comunidad, la limpieza, el ocio, el cuidado…

Motivos para vivir y formar parte de una vivienda colaborativa:

  • Porque es más comunitario. Romper con el individualismo y querer vivir tu vida de manera más comunitaria. Se trata de tener cerca a la gente con la que quieres compartir tu vida, para poder compartir penas y alegrías, para ayudarte mutuamente, para criar juntos o cuidar de tus mayores con apoyo, para colaborar con el barrio o tener un espacio adaptado….
  • Porque es más social. Es una alternativa al limitado modelo de vivienda actual. Encaja en la economía social, circular y solidaria, y el constructivo en la sostenibilidad.
  • Porque es más personal. Permite tomar decisiones vitales, presentes y futuras, pues el protagonismo lo tienen las personas que la integran.
  • Porque aprovecha mejor los espacios. Optimiza los metros, minimizando los espacios privativos innecesarios en pro de un espacio común que resuelva las necesidades de cada persona. Sin embargo, la privacidad y la vida en comunidad no están reñidas. Con grandes espacios compartidos donde se facilitan las relaciones de vecindad, donde es posible compartir y recibir ayuda. Con espacios privados más pequeños, adaptados a cada habitante, permitiendo la independencia, la privacidad y el desarrollo de la vida en familia, de manera más racional, económica y sostenible.
  • Porque te permite diseñar tu propia vivienda. Posibilita la participación en el diseño de la vivienda, En el momento de definir el tipo de edificio que se quiere construir o rehabilitar, el grupo se puede plantear una serie de criterios que reduzcan el impacto de la construcción, permitiendo que se priorice una mejora de la sostenibilidad y la eficiencia energética que suponga un confort y un ahorro en el futuro. Se comparten espacios, lo que hace que el edificio sea más eficiente, se comparten servicios (como un sistema de calefacción central, la red wifi, etc), y se puede invertir en sistemas que individualmente no se podrían asumir (como el reciclaje del agua o la instalación de placas fotovoltaicas).
  • Porque es más sostenible: se optimizan recursos espaciales, materiales y energéticos. Se busca el ahorro mediante la máxima eficiencia energética y la racionalización de los recursos, favoreciendo el uso compartido de bienes y servicios.
  • Porque genera una convivencia más rica. Genera sinergias, fruto del compartir conocimientos técnicos, experiencias personales o profesionales, valores… Construimos las viviendas y la forma de convivencia colaborando y decidiendo conjuntamente. Ponemos las personas en el centro: nos conocemos, compartimos ilusiones, inquietudes, ideas y valores, ayuda mutua… Las cooperativas de vivienda colaborativa se caracterizan por su organización participativa, su contribución social y solidaria y su actuación ecológica.
  • Porque fomenta la cultura colaborativa, la sostenibilidad, la integración… frente al individualismo, la especulación y la desintegración social. Requiere de los interesados corresponsabilidad, compromiso y participación tanto en el diseño del edificio como en su administración, haciéndose imprescindible en el inicio la clara definición de sus necesidades.
  • Porque permite cuidarse mutuamente. favorece compartir los cuidados en las diferentes etapas de la vida (familias monoparentales, personas mayores, con diversidad funcional…). Es un modelo idóneo para procurar los cuidados necesarios en las diferentes etapas de la vida o por necesidades diversas, desarrollando el concepto de “economía de los cuidados”
  • Porque es flexible: rural, urbano, obra nueva o rehabilitación, intergeneracional, senior..
  • Porque es posible, es real… hay experiencias en marcha. El concepto nació en Dinamarca en los años 60, extendiéndose por los países nórdicos, y posteriormente a  EEUU (donde se popularizó el término cohousing para definir esta forma de organización de la vida y la vivienda).

Como alternativa al modelo actual, existen muchos tipos de viviendas colaborativas: urbanas y rurales, en edificios nuevos o rehabilitados, en bloque o en construcción horizontal (unifamiliares, adosados), con los espacios comunes agrupados o repartidos… Se ajusta a las necesidades, posibilidades y  decisiones de las personas que van a convivir.

La forma más común de plantear la propiedad en estos tipos de viviendas colaborativas es la cooperativa de viviendas en cesión de uso, que permite disfrutar de una vivienda de forma indefinida sin necesidad de comprarla.

Tres características del modelo:

I.-Frente al modelo tradicional de acceso a la vivienda, que ofrece las únicas alternativas de ALQUILER o COMPRA, se propone un nuevo modelo, el del DERECHO DE USO.

Uno que permite disfrutar de una vivienda de forma indefinida sin necesidad de comprarla, una fórmula intermedia entre compra y alquiler: CON LA ESTABILIDAD DE UNA PROPIEDAD, SIN LAS ATADURAS DE UNA HIPOTECA:  la cooperativa construye o rehabilita unas viviendas, y las personas socias las usan y pagan por su uso mientras quieran seguir viviendo en ellas.

  • la propiedad es colectiva, DE LA COOPERATIVA, que retendrá la propiedad del inmueble (lo que permite materializar la vivienda como un derecho y no como una mercancía), y no se disuelve al acabar la promoción sino que permanece viva mientras dure el proyecto.
  • El acceso a la misma será a través de:
    – Una cuota de acceso inicial (retornable).
    – Una cuota de uso mensual (destinada a amortizar la construcción o rehabilitación, el mantenimiento del edificio y los gastos y servicios comunes).
  • Sin ánimo de lucro: el precio es en función de la amortización y los metros a disfrutar, por lo que resulta una cuota asequible.
  • Derecho de uso indefinido (mientras exista la vivienda) y transmisible (herencia, cualquier título admitido en derecho).
  • Libertad para entrar y salir del proyecto, recuperando la cuota inicial de aportación a la cooperativa.
  • Con la voluntad de afrontar las dificultades individuales de pago de forma colectiva, mediante la creación de un FONDO DE EMERGENCIA.
  • Más accesible, porque se pretende implicar a las administraciones para que cedan suelos de titularidad pública para crear desde una dimensión nueva, lo público-comunitario, con la que colaborar administraciones y sociedad civil para garantizar servicios y derechos.
  • AUTOPROMOCIÓN: diseñamos nuestras casas (participando en el proceso de diseño, de la arquitectura dura y blanda) y reducimos costes.
  • Desde la Economía Social y solidaria (que pone a las personas en el centro) y con financiación a través de la BANCA ÉTICA, que entiende que el préstamo es colectivo, de la cooperativa (lo que facilita la incorporación de personas independientemente de la edad).

II.-Frente al individualismo presente en las relaciones entre vecinos, es un modelo más social que propone:

  • recuperar el concepto de VECINDAD, de vínculos comunitarios, de un entorno vital basado en la cooperación, respetando el espacio privado (cada cual en su casa), pero proponiendo la gestión colectiva de espacios comunes, equipamientos, servicio, cuidados…
  • crear ESPACIOS VIVOS y no simples alojamientos (vivimos en colmenas pero no sabemos la abeja que vive al lado), no sólo hacia adentro (con espacios comunes compartidos y gestionados comunitariamente) sino también hacia afuera, abiertos al barrio, la ciudad…
  • Gestión comunitaria de los espacios comunes (lavandería, sala de estar, comedor…)

III.-Y finalmente, proponiendo un modelo MEDIOAMBIENTALMENTE SOSTENIBLE, no sólo en cuanto a la construcción (construcción en BIO, cuidando nuestra vida y nuestro entorno, utilización de materiales encaminados a la eficiencia energética) sino también en cuanto a la gestión de residuos, de la energía y del agua.

Este modelo de COOPERATIVAS DE VIVIENDAS EN CESIÓN DE USO es un modelo capaz de:

  •  transformar la sociedad (tan apegada al concepto de propiedad privada),
  • regenerar el tejido vecinal, social y comunitario,
  • abrir brecha frente a la dictadura del ladrillo/hipoteca/alquiler especulativo
  • generar una alternativa al mercado inmobiliario, al considerar la vivienda como un valor de uso y no un valor de mercado
  • proporcionar otro modelo de acceso a la vivienda más justo y sostenible (medioambiental y económicamente)

Y además...

Este modelo de COOPERATIVAS DE VIVIENDAS EN CESIÓN DE USO es un modelo capaz de:

  • transformar la sociedad (tan apegada al concepto de propiedad privada),
  • regenerar el tejido vecinal, social y comunitario,
  • abrir brecha frente a la dictadura del ladrillo/hipoteca/alquiler especulativo
  • generar una alternativa al mercado inmobiliario, al considerar la vivienda como un valor de uso y no un valor de mercado
  • proporcionar otro modelo de acceso a la vivienda más justo y sostenible (medioambiental y económicamente)

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